domingo, 30 de diciembre de 2007

Lecturas noviembre y diciembre

"Who´s afraid of Virginia Woolf?" de Eduard Albee

Hace muchos años leí, por primera vez, Teoría de la Comunicación Humana, de Watzlawick, Bavelas y Jackson. Allí los autores usan la obra de teatro de Albee para hacer un análisis comunicacional, y desde entonces tenía ganas de leer este libro. No lo encontré en castellano y tuve que encargarme la versión en inglés.
Y lo que pasó es lo que suele ocurrir cuando uno espera mucho tiempo algo, y lo alcanza: eso no llega a satisfacer de la manera planeada. No es que el libro sea malo. El problema es que yo ya sabía todo el desarrollo y no había nada que me entusiasmase. Pero debo reconocer que el clima tenso y agobiante de los juegos de los personajes está muy bien logrado por el autor. Me gustó. Me hubiera gustado más unos años antes.


"De nuevo, el amor" de Doris Lessing

Llega el amor. No importa mucho de quién se enamora Sarah. Lo importante es que sufre por ese sentimiento, que creía que ya nunca volvería a sentir. Doris Lessing lleva adelante su historia unida a la puesta en escena de una obra de teatro, en la que la protagonista del drama parece influir en la vida de todos los involucrados en la obra.
El libro avanza lento, pero vale la pena porque los emociones y pasiones de los personajes logran aparecer con claridad a medida que se avanza en las páginas.

“Parece existir una regla según la cual lo que condenamos aparecerá antes o después en nuestra vida”.

“(...) era de esa gente que se despierta cada mañana con una lista mental de asuntos que tratar”.

“Cuando uno siente angustia, raramente vez es por una sola razón, especialmente cuando uno se hace mayor, puesto que cualquier pena echa mano de las reservas del pasado”.

“En algún momento de la edad madura, la mayoría de la gente cae en la cuenta de que un siglo no es más que el doble de sus años. A partir de ese pensamiento, toda la historia se precipita junta y a partir de este momento viven ya dentro de la historia del tiempo, en vez de mirarla desde fuera, como observadores”.

“Le expuso estas ideas y luego algunas más, mientras tomaba, taza en mano, rápidos sorbos de café, como si ingerir la cafeína suficiente fuera el apartado más importante de su orden del día”.

domingo, 16 de diciembre de 2007

DC 6

Abrir el balcón temprano en la mañana y sentir una brisa fresca en un día que se pronostica agobiante.

martes, 11 de diciembre de 2007

DC 5

Jugar con un chico como si uno tuviera exactamente la misma edad de ese niño.

viernes, 30 de noviembre de 2007

DC 4

Darme un baño de inmersión con sales y espuma de vainilla y quedarme calmamente en la bañera hasta que el agua se enfría.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

DC 3

Arrancar la hoja del calendario de ayer para descubrir el nuevo dibujo de Mary Engelbreit que ilustra el día.
Hoy la frase es: "Clouds may come, but clouds must go, and they have a silver lining for beyond them all, you know the sun or moon is shining". Muy en el estilo de este blog.

martes, 27 de noviembre de 2007

DC 2

Sacarme los zapatos no bien cierro la puerta de mi departamento y andar descalza por la casa.

lunes, 26 de noviembre de 2007

DC 1

Despertarme diez minutos antes de que suene el despertador y disfrutar ese tiempo en la cama, sintiendo lo bien que se está allí.

Las delicias cotidianas (DC)

La semana pasada tuve más de un "problema" tecnológico, que hicieron que hoy este escribiendo este post en una máquina mucho más moderna, veloz y bonita. Y es que lograron rescatar toda la información de mi antiguo disco rígido. No me puedo quejar.
En medio de esa y otras dificultades tecnológicas (estuve seis días sin teléfono debido a vaya uno a saber qué inconveniente) y burocráticas (tuve que cerrar las cuentas en el banco porque insistían en cobrarme lo que no me correspondía), estuve más de una vez tentada de pensar: el mundo está contra mí.
Pero no. No pienso rendirme así que para mantener mi buen humor se me ocurrió ir identificando cada día las pequeñas cosas que me gusta disfrutar.
A partir de hoy inauguro: Delicias cotidianas.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

"Al este y al oeste...

llueve y lloverá, una flor y otra flor celeste del jacarandá", dice la canción.
Y cuando paso por la plaza no puedo resistir la tentación de cantarla al ver los árboles lilas (a mi juicio) y el piso del mismo color. Da la sensación de caminar entre nubes. Un placer cotidiano que nos regala la ciudad de Buenos Aires.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Sendero reconquistado

En un "buen día", como el de hoy:
  • Uno recibe el reconocimiento sincero de un grupo de "buena gente" con la que compartió muchos momentos agradables.
  • Uno se reencuentra con una lapicera pérdida, que alguien guardó cuidadosamente para devolverla.
  • Uno logra ordenar su placard para empezar a conseguir el orden que tanto necesita para vivir y que tanto abandona al vivir.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Lugares comunes

Siento que el tiempo se escurre como la arena entre mis manos.

Siento que el final del arco iris no es mi destino.

Siento que no manejo el timón de mi vida.

Siento.

No me importa que estas palabras suenen huecas. De verdad las siento y no tengo muchas ganas de pulir mi prosa. A veces el placer se encuentra en las frases conocidas.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Estoy casi convencida de...

  • Que existe un universo paralelo en el que habitan todos los lápices, lapiceras, biromes y demás adminículos para escribir que desaparecen de nuestro mundo.
  • Que en mi escritorio y en mi cartera hay una conexión directa con esa dimensión.

lunes, 29 de octubre de 2007

Lecturas de Octubre

"Inés del alma mía" de Isabel Allende
Me gustó, como me gustan los libros que cada tanto leo de Allende. La historia es la de una de las fundadoras de Chile, Inés Suárez.
Embarcarse en 1537 para América era algo incierto para cualquiera, y enormemente problemático si se era mujer. Pero Inés lo hace para abandonar una Europa que ya la oprimía.
El libro tiene como transfondo la conquista del territorio chileno, en manos de los mapuches, remarcando tanto la brutalidad ejercida por los españoles como por los indios. Pero lo rescatable es el coraje, la inteligencia, la audacia de una mujer que pareció adelantarse varios siglos a la integración femenina al mundo de la política y del trabajo.


"La zanja de la Patagonia" de Vanni Blengino
Probablemente influida por el libro anterior, me aboqué a leer esta obra sobre los conquistadores, militares, científicos, sacerdotes y escritores que se animaron a transitar ese territorio que llamaban "desierto", aunque estaba poblado de indios.
Nunca antes había pensado en lo raro que es hablar de "La campaña del desierto", cuando el territorio patagónico no es estrictamente un desierto ni estaba entonces inhabitado. Desierto de civilización, tal vez. Pero no más.
El libro se centra en un hecho histórico en el poco se ha reparado: la estrategia defensiva que propuso Adolfo Alsina, el ministro de Guerra de Avellaneda, en 1875 para frenar los malones.
Emulando a la "muralla china", sugirió cavar un foso de 620 kilómetros entre la Cordillera y el Atlántico. La zanja, al sur del Río Colorado, alcanzó a tener unos 370 kilómetros en 1877. La muerte de Alsina y su reemplazo por el general Julio A. Roca significó el pasaje de una estrategia defensiva a otra ofensiva. Roca fue hasta el Río Negro y dejó muy atrás la línea de defensa de Alsina.
Sé que en la historia no valen los juegos "que hubiera pasado si..." pero no puedo resistir la tentación de preguntarme ¿Qué hubiera pasado si Alsina no hubiese fallecido en plena gestión?

lunes, 22 de octubre de 2007

Cansancio y ensueños

Estoy tan cansada que me adormezco en cualquier sitio y empiezo a soñar con una rapidez asombrosa.
En el colectivo se me cierran los ojos y las voces y los ruidos de la calle se mezclan velozmente con mis ensueños.
Prendo la tele para mirar una de mis series preferidas y al segundo el inglés que a medias entiendo se funde con mi propia fantasía.
Tomo sol y las voces familiares se alejan cada vez más.
Corrijo escritos y otra vez entro a mundos ficticios.
Mientras el exceso de trabajo no me permita dormir de verdad, mejor que empiece a disfrutar de estas evasiones instantáneas.

lunes, 15 de octubre de 2007

Contraseñas

Cuando lo único que tenía era una máquina de escribir portátil marca Olivetti, asociaba las contraseñas con espías, detectives y jeroglíficos.
La primera vez que me senté frente a una PC sentí algo raro al poner una clave. Y hoy casi desespero con las claves. Todos los sitios quieren mi nombre de usuario y mi contraseña. No soy uno de los seres más adictos a Internet, pero mi lista de claves asciende a 36!!!!!!!!!!!!! Sumémosle los 36 nombres de usuario y recordemos que algunos nos piden que las cambiemos cada mes. Y que no sean iguales a la fecha de nacimiento, ni al nombre, ni que se repitan con la anterior, ni que tengan dos números iguales seguidos, pero que tengan por lo menos una letra y además que las escribamos con un teclado virtual y que... Pesadilla.
¿Alguien realmente cree que puedo retener en mi cabeza más de 70 conjuntos de nombres y números distintos e identificar qué va con qué porque, por seguridad, no debo escribirlos?
Alguien sugerirá: ponéle a todo la misma clave. Ah qué gracia!!! ¿Dónde diablos va a parar allí la seguridad? Porque lograron meterme en la cabeza que las claves deben ser difíciles de adivinar y no debo repetirlas. Así que, si alguien lee esto, sepa que si algún día dejo de aparecer por estos lares, seguro es que fue porque me olvidé mi usuario y contraseña.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Lecturas de Septiembre

"El siglo de las luces" de Alejo Carpentier

Cada vez estoy más convencida de que para entender el espíritu de una época nada mejor que leer una buena novela en que su autor se haya tomado el trabajo de recrearlo. Eso es lo que hace Carpentier en esta historia, donde los cambios políticos que produce la Revolución francesa llegan a las Antillas y la transforman, aunque no siempre de manera positiva.
Las vidas de los personajes no resultan siempre atrapantes, pero su presencia en momentos clave las convierten en importantes y permiten que el lector entienda las contradicciones del momento. Un libro para leer detenidamente.

“Se sentía cura frente a los anticuras; anticura frente a los curas; monárquico cuando le decían que todos los reyes (...) habían sido unos degenerados; antimonárquico, cuando oía alabar a ciertos Borbones de España. ‘Soy un discutidor (...) Pero discutidor conmigo mismo, que es peor’.”



"La broma" de Milan Kundera
Es la primera novela que escribió Kundera. Pero para mí, que ya he leído todas las anteriores, es la última. Hace años que quiero comprármela y recorrer las páginas de mi propio ejemplar, pero fue imposible encontrarla. Por ahora falta en mi biblioteca. Así que no me quedó otra que pedirla prestada.
Me gustó. Es una obra de juventud. Más sencilla, más ordenada, más tradicional que sus posteriores trabajos. ¿Menos pretenciosa? Tal vez. Si yo hubiera empezado por este libro creo que no me hubiera sumergido con tanta la fascinación en los textos de Kundera. Para mí, la primera novela fue "La insoportable levedad del ser", que me enloqueció y me hizo devorarme una tras otras todas sus novelas.

“Le repliqué que no temía nada contra eso, que siempre había sido una ferviente de la alegría, que nada me irritaba más que todas esas melancolías y depresiones sin motivo, me retrucó que mi profesión de fe no quería decir nada, que quienes proclamaban la alegría eran, en su mayoría, los más siniestros (...)”


“Todas eran verdaderas: yo no tenía, a semejanza de los hipócritas, una figura auténtica y rasgos engañosos. Sino muchas caras porque yo era joven y no sabía yo mismo quién era y quién quería ser. No impide que la desproporción existente entre todas esas caras me diera vértigo; a ninguna de ellas me adhería por completo y detrás de ellas yo evolucionaba atolondrado, a ciegas”.

viernes, 21 de septiembre de 2007

En las películas, las guerras nunca ocurren en Primavera.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Vamos por la cuarta

Hoy fue la tercera vez. Pero la sorpresa evitó que lograse mi objetivo.
¿Quién dice que la cuarta no sea la vencida?
No perdamos la esperanza.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Lecturas de Agosto

  • "El perfume. Historia de un asesino" de Patrick Süskind.
    Al fin me topé con un texto que me gustó. El autor logra el punto justo entre una prosa con demasiada acción y otra muy lenta. No aburre, pero tampoco crea un suspenso tal que uno no pueda abandonar el libro.
    El mundo de los aromas se nos va develando de a poco. Y mientras imaginamos los vahos de las antiguas ciudades europeas, vamos entrando en el calvario de Jean-Baptiste Grenouille, el protagonista, y entendiendo su forma de ser.
    Uno sabe desde el comienzo qué es lo que ocurrirá en gran parte de la obra: es inevitable y, por ello, terrible. No hay escapatoria. Pero igual uno busca llegar lentamente al desenlace. Y allí sí encuentra la sorpresa que ha preparado el autor. Imprevisible, y más terrible aún. Alguno quizás la haya imaginado. Yo no.

martes, 21 de agosto de 2007

Renovación

Salir de la rutina y dejar la ciudad en la que uno vive siempre renueva. Eso es todavía más cierto si uno cambia Buenos Aires por Bariloche.
El trabajo hizo que pudiera disfrutar de cinco días a orillas del Nahuel Huapi. Es cierto, tuve que trabajar allí, pero mucho antes de tomar el avión había decidido que tendría unas fantásticas vacaciones caídas del cielo. Y las tuve.
Pasee mucho. Me deleite con los paisajes. Disfruté del sol a pesar de la temperatura bajo cero. Comí rico. Vencí mi aprensión a visitar sola nuevos lugares . No leí diarios, ni escuché radio, ni vi tele. Me obligué a no caer en la tentación de conectarme a Internet.
En definitiva: estoy renovada, y agradecida.

lunes, 30 de julio de 2007

Abaddón el exterminador – Ernesto Sabato

No me gustó. Así de claro. Las idas y vueltas de los personajes me perdieron. Los desvaríos paranoicos me agotaron. La novela no logró despertar mi intriga. Tal vez Sabato nunca se lo propuso -concedo- pero como lectora quiero saber a dónde voy: si estoy en un laberinto y tendré que pasar varias veces por el mismo sitio, quiero saberlo. En la última página sentí que el libro podría haber terminado 200 hojas antes o 200 después. Una lástima porque “El túnel” y “Sobre Héroes y Tumbas” me habían cautivado.
Pero destaco una idea que aparece en el texto y que comparto, aunque muchas veces olvido. Olvido, y explico, y quiero que me expliquen y sugiero que se expliquen. Errores y más errores.
“El mito, como el arte, es un lenguaje. Expresa cierto tipo de realidad del único modo en que esa realidad puede expresarse, y es irreductible a otro lenguaje. Te pongo un ejemplo sencillito: acabás de oír un cuarteto de Béla Bartók, salís y alguien te pide que se lo “expliqués”. Claro, nadie comete semejante idiotez. Y sin embargo hacemos eso con un mito. O con una obra literaria”.
Hay otra parte del libro que me recuerda porqué soy periodista (¿escritor mediocre?) y porque nunca podré ser escritora. Me falta una obsesión (y no me quejo).
“Solo los escritores mediocres pueden escribir simple crónica y describir fielmente (qué palabra hipócrita!) la realidad externa de una época o de una nación. En los grandes, su potencia es tan arrolladora que no pueden hacerlo aunque se lo propongan”.

lunes, 9 de julio de 2007

Nieve en Buenos Aires

A eso de las tres de la tarde empieza a caer algo más cercano al "agua-nieve" que a verdaderos copos de nieve. Pero con el tiempo, los diminutos copos van apareciendo. Si se camina al aire libre, quedan como hielitos y manchas blancas en la ropa, en el pelo. No llegan a formar ni una fina capa blanca en el suelo, pero en la ropa sí es nieve. Y a la vista también.
Viajo una hora y media en colectivo y observo no a la nevisca sino a la gente. Y la veo contenta. Algunos esbozan una sonrisa. Otros disfrutan con los chicos como chicos. Muchos se sacan fotos para registrar el hecho.
Una vez más compruebo que basta muy poco para ser feliz por un instante.

viernes, 6 de julio de 2007

Defensa de la Alegría

Siempre que la tristeza acecha mi vida, o que la abulia unida al aburrimiento se quiere transfomar en habitual, mentalmente recito las partes que recuerdo de este poema de Mario Benedetti.

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas

defender la alegría como un atributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas

defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista

defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de dios y de la muerte
de los parcos suicidas y los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres

defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lagrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también

también de la alegría

jueves, 5 de julio de 2007

La tercera vez

Estabas igual que hace ¿diez años?. Me saludaste con afecto, como si nos hubiéramos visto ayer. No me acordaba tu nombre, pero vos sí me llamaste por el mío. Me empezaste a contar tu historia. Te corté rápido. Sentí una estúpida incomodidad. Demasiada gente. Te diste cuenta y gentilmente te alejaste. Pero me quedé pensando en vos...
La segunda vez nos chocamos. De vuelta había mucha gentealrededor. Nos saludamos y seguimos nuestros caminos.
Espero con ansias la tercera vez. Y quiero charlar un poquito con vos. Siempre me atrajo tu inteligencia.

miércoles, 4 de julio de 2007

Solución

Cuando los números se retoban y juegan en nuestra contra, las palabras nos pueden salvar.

jueves, 28 de junio de 2007

Lecturas de mayo y junio

Estos dos meses no han sido fructíferos en lecturas por placer. El ámbito académico consumió la mayoría de mi tiempo. (Sí, ya puse esta excusa en otra oportunidad, pero es la realidad). Sin embargo, tuve entre mis manos tres libros interesantes.
  • "Beloved" de Toni Morrison. Me lo compré porque el New York Times lo eligió como el mejor trabajo de ficción de Estados Unidos de los ultimos 25 años, a partir de una encuesta a un grupo de escritores. Y mientras trataba de avanzar en sus páginas, lo abandonaba y volvía por cuarta vez a empezar de cero, me preguntaba qué le habían visto. No me doy fácil por vencida, así que por la página 100 logré engancharme un poco. Lo terminé. Entendí que la forma en que construye el relato es muy original. Pero a mí me costó mucho seguirlo. No forma parte de lo que recomiendo leer de Morrison. "Love", otras de sus novelas, me resultó más llevadera. Sin duda, no está entre mis autoras preferidas.
  • "El diario de Adan y Eva" de Mark Twain. Adorable, tras las arideces del texto anterior. Me cae simpático Twain, con su sentido del humor tan particular. Alguna vez recorrí las calles de Hannibal, el pueblito de Missouri en el que nació. Estuve en su casa y en las cuevas en las que de niño se perdió. Leerlo me lleva a esa mañana helada en que las viejitas que atendían el "Mark Twain Museum" no entendían qué hacían dos argentinas por allí, que para colmo de males osaban interrumpir su desayuno. Bien vale recordar la frase del señalador que compré y que desde entonces acompaña todas mis lecturas: "My books are water: those of the great geniuses are wine. Everybody drinks water". Excelente!
  • "El arte de la retórica" de Aristóteles. Los filósofos no forman parte de los autores que frecuento. Pero este texto valió la pena. Me maravilla el orden y la claridad con que se expresan los conceptos. Y me asombra la actualdiad de todo lo dicho.

viernes, 1 de junio de 2007

Primer paso

Me encantan los comienzos. Son promesa de lo que puede ser. Permiten creer en que esta vez todo va a salir tan bien como lo soñamos, sin importar los fracasos anteriores. Son una hoja en limpio en la cual probar nuestra mejor caligrafía.
Por eso, recobro la fe en mi misma:
  • cada mañana, a las 6.30.
  • cada día lunes.
  • todo 1° de mes.

domingo, 27 de mayo de 2007

Quien bien piensa, bien escribe

Confío en la gente que escribe bien.
Estoy segura que quien escribe bien piensa bien (no en un sentido moral, sino lógico). Hasta ahora nunca me he encontrado con alguien que sea buen escritor y no sea inteligente. Los que se expresan, verbal y oralmente, de manera correcta tienen una capacidad intelectual razonable.
No digo que no puedan existir seres brillantes y a la vez incapaces de presentar un escrito inteligible. Pero como profesora universitaria no me he encontrado con muchos.
Suelo enojarme bastante cuando leo textos de futuros "comunicadores sociales" que ni veinte correctores ortográficos y de estilo convertirían en un escrito legible.
Enseñar a escribir es enseñar a ordenar los pensamientos, a organizar las ideas, en definitiva, es enseñar a pensar. Nada fácil por cierto.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Tradicionales

Aun quedan quienes:

  • Compran ropa en la tiendita del barrio y no se dejan seducir por el shopping.

  • Hacen campaña por los políticos que tienen sus mismos ideales.

  • Ponen una latita sobre el techo de su auto para venderlo.

  • Prefieren el almacén de la esquina al supermercado.

  • Hornean tortas para los cumpleaños.

  • Se juntan a "tomar la leche”.

  • Se resisten al “delivery”.

  • Tejen pulloveres

No pertenezco a ese grupo, pero secretamente admiro la calidez que los rodea.

martes, 22 de mayo de 2007

Limpieza por libertad

Me gustan esas plazas limpias, con las plantas bien cuidadas, los caminos prolijos, los bancos pintados y los juegos seguros para los niños.
Me apena el precio que pagamos: las rejas a su alrededor.

lunes, 21 de mayo de 2007

Parecida

Aveces nos dicen que nos parecemos a algún famoso. Yo estoy acostubrada a que me vean parecida a una actriz argentina, que comparte conmigo rasgos angulosos y cabello rubio. Desde el secundario lo vengo escuchando, y cada vez que la dama en cuestión tiene una tira televisiva aparece alguien que me ve similar. Yo pongo cara de ¿Te parece?.

Pero ahora uno no necesita de los demás para ver a quién es parecido. En http://www.myheritage.com se puede encontrar el famoso que hay en uno. Mediante la técnica de reconocimiento de rostro, se pone una foto propia y aparecen varias personalidades con las que supuestamente uno comparte rasgos.

Acá van dos de mis búsquedas. ¿Si me parezco? La verdad es que poco y nada, pero el juego me agradó.

domingo, 20 de mayo de 2007

Ignorancia cotidiana

La gente sabe naturalmente cosas que yo nunca sé (ni supe, ni sabré):

  • Qué es cóncavo y qué es convexo.
  • Qué años corresponden a cada siglo.
  • Qué es centrípeto y qué es centrífugo.
  • Qué número corresponde a cada mes.
  • Qué meses tienen 30 días y cuáles 31.
  • Cuál es la derecha y cuál es la izquierda.
  • Cuál es la cara y cuál la ceca de una moneda.
  • Qué signo del zodíaco corresponde a cada fecha.

Lo que sí aprendí son trucos para superar esta ignorancia mezclada con incapacidad intrínseca:

  • Sumo uno a los dos primeros números de los años para sacar el siglo.
  • Pienso que centrífugo habla de fugar y eso siempre es hacia fuera.
  • Cuento con los dedos mientras enuncio rápido los meses para saber el número que le corresponde.
  • Jamás me alejo de mi agenda que me informa si junio tiene 30 o 31.
  • Hago el gesto de escribir para identificar la derecha.
  • Nunca digo cara o ceca sino que juego a que salga número o dibujo.
  • No me preocupo en lo más mínimo por saber si algo es cóncavo o por conocer si cuándo nació alguien de Escorpio.

domingo, 6 de mayo de 2007

Ganas y más ganas

Tengo ganas:

  • de que alguien me cuente un cuento.
  • de tomarme un helado.
  • de dormir al sol.
  • de encontrarte.
  • de amarte.

O, mejor aún, tengo ganas de encontrarte y tomarme un helado con vos. Dormirme al sol después de que me cuentes un cuento. Y amarte todo el tiempo.

sábado, 28 de abril de 2007

Realidad y fantasía

Lo tengo bien claro. No estoy enamorada de él. Estoy fascinada por el personaje que inventé y al que le puse su nombre.

viernes, 27 de abril de 2007

Contradictoria

Soy creadora incesante de caos, pero necesito orden para vivir.

lunes, 23 de abril de 2007

De prólogos y contratapas

Alguien debería hacer algo. No es posible que el prologuista de un libro se regodee en analizar trama y personajes antes de que yo, lector, haya incursionado en el texto. No es posible que la contratapa de una obra me cuente el final de la historia.
Suelo ser cuidadosa: nunca el prólogo antes de la obra. Lo dejo para el final, para cuando puedo discutir con el autor con conocimiento de causa. Convierto prefacio en post-facio, y no tengo problemas.
Pero la contratapa me suele atrapar y más de una vez veo arruinado el suspenso de una buena novela por haber cedido a la tentación.
No, así no se hacen las cosas Alguién tendría que explicarle a los editores cómo funcionamos los lectores, por el bien de todos.

domingo, 22 de abril de 2007

Zurriburri

Ya no me acordaba la última vez que aprendí una nueva palabra en castellano. De grande, uno aprende palabras en otras lenguas, pero es raro que descubra nuevos términos en su idioma.
Pero heme aquí disfrutando de una palabra sonora, simpática, atractiva. Zurriburri. Zurriburri. Zurriburri. Me encantaría decirla en una charla, al pasar, como quien dice "casa" o "perro", sin inmutarme.
Carmen Martín Gaite en "Los parentescos" se refiere a "la casa zurriburri". Y aunque uno no sepa el significado preciso, el ritmo de la palabra permite darle un sentido. Al principio pensé que era una palabra inventada por uno de los personajes, pero el diccionario de la Real Academia Española me aclaró qué significa:
ZURRIBURRI
1. m. Barullo, confusión.
2. m. coloq. Sujeto vil, despreciable y de muy baja esfera.
3. m. coloq. Conjunto de personas de la ínfima plebe o de malos procederes.
El placer de aprender sigue intacto en mí.

domingo, 15 de abril de 2007

Anna Karenina - Lev Tolstoi --- El encanto de los libros largos

Libros gordos, pesados, que no bajan de las 700 páginas, que ocupan más del espacio debido en la biblioteca y que no entran en una cartera. Y esto último no es un dato menor para quién no sale jamás de su casa sin "algo para leer" porque sabe que si por algún motivo debe esperar, lo único que calmará su natural impaciencia es la lectura.
Esos mamotretos tienen su encanto, siempre y cuando haya un buen autor detrás. Los rusos Tolstoi y Dostoievski lo hacen a la perfección. Logran que sus historias se entremezclen durante uno o dos meses con nuestra vida, y nos invaden con sus atmósferas y conflictos.
A través de las muchas páginas uno va comprendiendo, queriendo u odiando a los protagonistas. No hay apuros para lograr el efecto. La prisa no existe, aunque sí el ritmo.
A comienzos de marzo empecé con Anna Karenina y me acompañó hasta hace un rato, cuando decidí que no podía esperar más para terminar la novela. Hubo días en que no supe si la desazón que sentía era propia o me la contagiaba Anna. Hubo otros en que creía que Lievin me entendería porque yo lo entendía perfectamente a él.
La obra es recomendable para los que quieren nadar lentamente en una historia que los va a llevar sin pausa al final.
" Tal vez sea feliz, como tú dices, porque aprecio lo que poseo y no ambiciono demasiado lo que no tengo".

"Anna Karenina" de Lev Tolstoi

domingo, 1 de abril de 2007

Lecturas de marzo

Marzo no fue un mes muy prolífico para mis lecturas no académicas. Las académicas no las detallo en este blog porque no es el objetivo con el que lo creé. En cuanto a las placenteras, leí y terminé:
  • "Ficciones" de Jorge Luis Borges. Excelente. No es necesario ahondar en halagos para esta obra ya reconocida.
  • "Patagonia, tierra de hombres" de Clemente Dumrauf. Interesante visión que revaloriza la acción de la congregación salesiana en el Sur de la Argentina.
  • "CI Dark Target" de David DeBatto y Pete Nelson. No vale la pena perder tiempo en leerlo.

jueves, 29 de marzo de 2007

Diez cosas a la vez

Soy "multitask". Hablo por teléfono mientras contesto mails. Corrijo mientras miro televisión y también almuerzo. Leo mientras tomo un baño de inmersión. Y la lista sigue. Las veces que mi teléfono inalámbrico dejó de funcionar entré en pánico. No es para mí eso de sentarse a charlar. Yo hablo (y bastante). Pero mientras, hago de todo. Cocino, cambio el "cuerito" de la canilla, hago la cama, me visto. . .
Y ahora vienen a decirme que:

Diferentes trabajos científicos, publicados y por publicar, ofrecen evidencias de los límites del multitasking ; es decir, la eficiencia que se pierde cuando se realizan varias tareas al mismo tiempo. Los hallazgos, de acuerdo con los neurocientíficos y psicólogos, sugieren que muchas personas harían bien en dejar de lado su comportamiento "multitarea" cuando trabajan, estudian o manejan.

La Nación, 26 de marzo de 2007

Puedo aceptar que la multitarea no resulta a veces la mejor opción. Convengamos que más de una vez, por no perder tiempo, hago tantas cosas juntas que al final entro en una especie de vorágine con resultados no del todo positivos (confundir birome con termómetro, amagar a ponerme desodorante en vez de brillo en el pelo, guardar la yerba en la heladera, etc.).
Las veces que me propuse hacer una sola cosa por vez fracasé estrepitosamente. Me aburro. Así que más allá de lo que digan voy a seguir como hasta ahora porque tan mal no me va.

jueves, 22 de marzo de 2007

Década

Cuando se cambia de década, uno puede hacer dos cosas: entrar en crisis por todo lo que no tiene y llorar por lo que ya no podrá jamás hacer, o serenarse y agradecer a la vida -o a Dios como es mi caso- por todo lo que le ha dado. Opto por lo segundo, para esquivar de todas las formas posibles la tentación de autocompadecerme. Y brindo a mi propia salud por un año más.

domingo, 18 de marzo de 2007

Desborde de libros

Creo que hay dos tipos de personas. Las que leen un libro por vez y no se animan a empezar otro hasta que no llegan a la última página del primero. Y las que son felices con muchos textos sobre su mesa de luz, en los que van avanzando en simultáneo de acuerdo a sus caprichos.
Pertenezco, irremediablemente, a esta última categoría. Por más que me propongo mantener controlada la pila de la lectura en curso, no resisto el placer de empezar un nuevo libro. Y me desbordo. Puedo leer seis o siete textos a la vez. En casos extremos, para mantener la situación bajo control, me prohibo empezar uno nuevo hasta no haber terminado alguno. Una especie de canje.
Se podría pensar que así debo comenzar muchos libros que nunca concluyo. Gravísimo error. Muy pero muy pocos libros han podido con mi fuerza de voluntad y mi decisión para tratar de encontrar el momento en que el texto comienza a valer la pena. Recuerdo solo dos: "La montaña mágica" de Mann y "El castillo" de Kafka. (Secretamente, abrigo la esperanza de que algún día haré un nuevo intento y los terminaré con gusto).

jueves, 8 de marzo de 2007

Duda

¿Estoy yo cada día más intolerante o la gente está cada vez más irrespetuosa?

miércoles, 7 de marzo de 2007

Desafío

Uno se acostumbra a lo cotidiano. Tiene todo bajo control. Disfruta. Y el aburrimiento, en forma imperceptible, empieza a colarse por las rendijas de la rutina. Ya no resulta grata la paz de ayer. Incomoda. Abruma.
Pero un nuevo desafío puede romper con ese hastío. No importa si es un desafío que exige un enorme cambio o uno que que con un poco de esfuerzo se logrará superar. Su sola presencia conmueve y revitaliza.
Yo descubro, una vez más, cuánto me gusta empezar algo nuevo. La energía que demanda lo distinto me sacude, me ayuda a sentirme bien.

jueves, 1 de marzo de 2007

El yo saturado - Kenneth Gergen

Creía que compartía muy poco con el posmodernismo. Por supuesto que lo mío no era el romanticismo, pero sí el modernismo. La idea de progreso y racionalidad me parecían un signo de mi persona. Pero la lectura del esclarecedor texto de Gergen me hizo cambiar de opinión.
El autor sostiene que las nuevas tecnologías nos permiten mantener relaciones directas e indirectas con una enorme cantidad de personas y ello produce una saturación social. Como consecuencia, también aparece una colonización del yo. No voy a hacer aquí una síntesis del libro, que recomiendo leer a todo aquel que busca una análisis preciso de los rasgos de la sociedad posmoderna.
Hoy tengo claro que soy tan posmoderna como cualquiera. Acá dos frases que me ayudaron a entenderme un poco más:

“El intercambio permanente hace que uno termine dedicándose a la cocina siamesa, o desee la jubilación, o promulgue las campañas a favor de la vida pastoral. A través de los demás comenzamos a valorar las harinas integrales, las novelas chilenas o la política comunitaria. (...) Así, a medida que se suman al yo los demás y sus deseos se vuelven nuestros, hay una ampliación de nuestras metas: de nuestros “debo”, nuestros “necesito” y nuestros “quiero”. Eso requiere atención y esfuerzo, y ocasiona frustraciones. Cada nuevo deseo plantea sus propias exigencias y reduce la libertad del individuo”.

“Al manifestar las opiniones uno se percata de que bajo el alero de su conciencia acechan otras voces subterráneas que lanzan un aullido burlón de desaprobación, como ocurriría con el “lobo estepario” de Herman Hesse. Ante este punto y contrapunto permanente (...) uno se da cuenta paulatinamente de que el monumento que había levantado a la objetividad tal vez fuera hueco”.
Kenneth Gergen. "El yo saturado"

miércoles, 28 de febrero de 2007

Distracciones de febrero

Hay ciertas lecturas que no son para vanagloriarse, sino más bien una especie de placer que uno trata de ocultar. Nadie reconocería, ante una audiencia con visos de cierta cultura, que lee obras intrascendentes y tontas.
Hipocresía pura de los ámbitos intelectuales. Como al menos en este medio no estoy dispuesta a mantener ese juego, aquí va la confesión de los últimos tres libros que leí de un tirón, con cierta adicción, aprovechando las vacaciones. No tiene sentido opinar sobre ellos. Son como las comedias románticas, que uno disfruta mientras las ve, pero cuando terminan no se pone a analizarlas.

  • “Confessions of a shopaholic” de Sophie Kinsella.
  • “Shopaholic ties the knot” de Sophie Kinsella.
  • “Shopaholic and sister” de Sophie Kinsella.

jueves, 15 de febrero de 2007

La magia de los trenes

Amo los trenes. No es por nostalgia de un pasado en el que eran el único medio que llegaba a territorios inhóspitos y significaban el milagroso contacto de las zonas alejadas con la civilización. No soy de los que añoran románticamente tiempos que no conoció. Me fascina el hecho de hacer hoy largos viajes en tren. En ellos uno respira el alma del lugar que atraviesa. Siente el auténtico placer del viaje. Anduve en trenes por montañas, por estepas y por llanuras, y mirando por las ventanillas siempre sentí que me fundía con el territorio, que lo entendía, que lo conocía.
Mientras estoy en un tren, creo que nada extraño puede pasar. Hay un punto de llegada claro y el destino parece inexorable. Pero a la vez, todo puede ocurrir afuera, por donde pasa el tren, y uno tiene el lugar de testigo privilegiado.
Envidio a Paul Theroux que en 1979 se subió a un tren local en Boston y terminó en Esquel. Viajé en tren por Estados Unidos y también viajé en La trochita. Pero es el enlace de ambos, que relata en su libro “El Viejo Expreso Patagónico”, lo que me parece fascinante, dejando de lado que encara los inconvenientes de su larga travesía por América con indisimulable mal humor y cierto desdén. Me gustaría alguna vez hacer un viaje similar y narrarlo después. Mi prosa podría estar lejos de la lograda por Theroux, pero sin duda le pondría mucha mejor predisposición a la aventura.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Historia del rey transparente – Rosa Montero

Me gustó mucho este libro de Rosa Montero. Ya conocía su prosa ágil por haber leído “Historia de mujeres”, “Temblor”y “La loca de la casa”.
La historia de Leola, una campesina que se transforma en caballero, resulta atractiva y permite ir descubriendo la vida cotidiana de la Edad Media. Los pobrísimos campesinos, los nobles alejados de la realidad que los rodea, los caballeros que luchan por causas ajenas, los alquimistas enceguecidos por sus metas, los burgueses que intentan imitar a la nobleza, todos tienen su lugar en el texto. Uno siente que el viaje de la protagonista le permite vivir realmente en el medioevo. Y la voz de Nyneve –una bruja del conocimiento, como se autodenomina-, ayuda al lector a entender cómo funcionan las cosas allí. Interesante y, tal vez sin buscarlo, también instructivo.

“Esperanza: pequeña luz que se enciende en la oscuridad del miedo y la derrota, haciéndonos creer que hay una salida. Semilla que lanza al aire la sedienta planta en su último estertor, antes de sucumbir a la sequía. Resplandor azulado que anuncia el nuevo día en la interminable noche de tormenta. Deseo de vivir aunque la muerte exista”.

“Pero la verdadera nobleza, ahora lo sé, es esto. Es caminar toda tu vida con pasos atinados, con pasos que te salen del corazón; es que tus actos estén de acuerdo con tus ideas, aunque el precio sea alto. Y no imponer estas ideas a nadie, y ser modesto y compasivo en tu grandeza”.

Montero, Rosa. “Historia del rey transparente”

jueves, 8 de febrero de 2007

Prohibido suicidarse en primavera - Alejandro Casona

Hace más de veinte años, cuando estaba en el colegio, tuve que leer “Los arboles mueren de pie” y me gustó.
Nunca más me cruce con un texto de Casona. En parte, porque no me atraen las obras teatrales y, en parte, por la "idea" que uno le suele tomar a los textos que resultaron obligatorios en el secundario. Queda esa sensación de que uno nunca elegiría autores que una vez fueron impuestos.
Pero en Internet encontré “Prohibido suicidarse en primavera” y nuevamente comprendí que la simpleza y la alegre serenidad de Casona me siguen gustando. Nada rebuscado. Es cierto que a veces resulta obvio, que las acciones de la trama son poco realistas y que hasta se vislumbra un intento pedagógico. Pero la falta de pretensiones y la sencillez me siguen agradando
"Como todos los seres felices ... y como todos los periodistas, son ustedes un poco impertinentes".

"No pidas nunca nada a la vida. Y algún día la vida te dará una sorpresa maravillosa".
Casona, Alejandro. “Prohibido suicidarse en primavera”

martes, 30 de enero de 2007

Lo que vale es la intención

En la playa uno tiene tiempo de ponerse a ver los comportamientos de sus congéneres. Y como no soy la excepción, sentadita bajo mi sombrilla, vi -y ahora aplaudo- la cantidad de gente que le pone garra y ganas a lo que hace, aunque los resultados sean muy modestos, por no decir casi inexistentes. Aquí mi ranking de los que a empeño nadie les gana:
  1. Las legiones que cada mañana salen a caminar portando cuerpos que delatan comidas más que sustanciosas, creyendo que con su esfuerzo matinal bajarán de peso, aunque a la tarde no se priven de unos churros bien grasosos.
  2. Los que tratan de sacarle la arena a cualquier adminículo (ojotas, zapatillas, mochilas) que utilizarán en los siguientes cinco minutos en la misma playa y que indefectiblemente volverán a cubrirse de arena.
  3. Los deportistas que juegan a la paleta con un viento que no deja sombrilla en pie o cuando el mar cubre toda la playa y sólo pueden hacerlo con los tobillos metidos en el agua.

lunes, 29 de enero de 2007

Libros con arena

La playa es un lugar para lecturas atrapantes. Nada de textos demasiado elaborados. Y acá van mis los libros que leí en los diez días a la orilla del mar:
  • "Matemáticas ¿estás ahí?" de Adrián Paenza. Mientas lo leía me preguntaba si cuando me tocó estudiar esas temáticas en la secundaria y también en la facultad las había entendido tan bien. El libro me retrotrajo a épocas de estudiantes, en las que yo me llevaba bien con esa materia tan poco digerible para muchos.
  • "La historiadora" de Elizabeth Kostova. Atrapante. No será el gran libro pero uno disfruta mientras lee y vale su extensión.
  • "La orden del temple" de Raymond Khoury. Con buena voluntad resulta entretenido, pero nada más. A veces muy previsible. Le falta crear el clima de misterio adecuado.
  • "Cell" de Stephen King. Aún no lo terminé, pero hasta ahora sólo me parece interesante el planteo -que no comparto- de que la tecnología podría destruirnos. Voy a leer lo que me falta por una cuestión de principios, pero si lo abandonara hoy creo que no me perdería mucho. (Cabe aclarar que el libro me lo regalaron. No fue mi elección).

martes, 9 de enero de 2007

El arte de viajar

"El deseo incurable del hombre de ir a alguna otra parte es un testimonio de su optimismo incurable y de su curiosidad insaciable. Siempre esperamos que las cosas sean diferentes allá. ‘Viajar’ -escribió Descartes a comienzos del siglo XVII- ‘es casi como conversar con hombres de otros siglos’.”

Daniel Boorstin en “The image. A guide to pseudo-events in America”

lunes, 8 de enero de 2007

The undomestic goddess - Sophie Kinsella

Segundo libro del año. Si alguien sigue mi patrón de lectura, lo mejor que podría pensar es que soy ecléctica. Y si no tiene tan buena voluntad podría tildarme de inconsecuente, incongruente, incoherente y otros adjetivos menos simpáticos. ¿Cómo se puede pasar de las Palmeras Salvajes a las aventuras de una abogada exitosa que se convierte de la noche a la mañana en una empleada doméstica?
La respuesta está en el “balance”. Faulkner me agobió. Necesitaba entretenimiento puro sin pretensiones. Y por cierto lo obtuve en esas casi 400 páginas que leí, casi de un tirón, el domingo.
Me reí con la historia. Me identifique con la pobre Samantha, algunas de cuyas frases podrían perfectamente salir de mi boca:
  • “I can’t do nothing all day. It’s going to drive me crazy. I’ll have to go and buy another paper from the village shop. If they’ve got War an Peace”.
  • “I never really learned how to make meals”.
  • “And I can’t sew on buttons”.
Me da un poco de pudor reconocer estas lecturas, como me da cierta vergüenza decir que disfruto viendo comedias románticas. Pero la verdad es que cada tanto mi yo intelectual le permite a mi yo más frívolo pasar un buen rato sin ningún pero ningún objetivo ulterior. Y no está mal.

sábado, 6 de enero de 2007

Las palmeras salvajes - Williams Faulkner

Primera lectura del año. Un libro con dos historias diferentes, entrecortadas prolijamente una por otra, en un mismo ámbito: el sur de los Estados Unidos.
Mientras leía El viejo, (Old man, como llaman al río Misisipi) no podía sacar de mi cabeza la devastación que produjo el huracán Katrina, tan parecida a los estragos de esa gran inundación que Faulkner sitúa en 1927. Me sonaban conocidos Nueva Orleáns, Baton Rouge, Mobile, el agua implacable, los diques rotos y las enormes zonas anegadas donde todo era río.
No es un libro entrañable, al menos para mí. Más de una vez tomé un respiro en su lectura porque me agobiaba el clima que creaba, el presentir que nada iba a terminar bien. A pesar de esto, o mejor debido a esto, Faulkner demuestra gran maestría en el arte de contar historias y sobre todo de transmitir sensaciones.
Una frase: “Entre la pena y la nada elijo la pena”.

miércoles, 3 de enero de 2007

Liberación y Progreso

Suenan bien como respuestas para el 2007.
Si verdaderamente creyera en ellos, y no los tomase como un simple juego, debería decir que los oráculos están de mi parte.

martes, 2 de enero de 2007

El “buen libro malo”

Chesterton lo llamó el "buen libro malo". Es aquel que no tiene pretensiones literarias pero que mantiene el interés cuando otras obras más serias lo han perdido.
Yo me refugio cada tanto (sobre todo en vacaciones) en los “buenos libros malos”. Es más, suelo defenderlos frente a apenados intelectuales que se rasgan las vestiduras ante tales textos. Tengo claro que aportan poco más que diversión. ¿Pero quién dijo que la literatura no debe ser placentera?
Me gustan algunas ideas de Orwell al respecto:
"La existencia de la buena literatura mala (el hecho de que uno puede divertirse o excitarse o hasta conmoverse con un libro que el intelecto se niega a tomar en serio)es un recordatorio de que el arte no es lo mismo que la celebración”.

“Todo lo que se puede decir es que mientras la civilización siga siendo tal, que uno necesite distraerse de cuando en cuando, la literatura ligera tiene su puesto determinado; asimismo, que existen cosas tales como la habilidad pura o la gracia natural, que pueden tener más valor de supervivencia que la erudición o el poder intelectual”.

“Los libros que uno lee en la infancia, y quizá la mayoría de los malos y buenos libros malos, crean en la mente una especie de falso mapa del mundo, una serie de países fabulosos donde uno puede recrearse en los ratos de ocio para el resto de la vida, y que en algunos casos hasta pueden sobrevivir a una visita a los países reales que se supone que representan”.
“Cazando un elefante” de George Orwell

lunes, 1 de enero de 2007

Propósitos para el 2007

En este año voy a intentar cumplir los propósitos que detallo en una lista, que no pondré aquí para mantener algo de reserva. Intentaré ir tomándolos de a uno hasta alcanzarlos o hasta que se conviertan en hábitos.
La mayoría de estos objetivos son idénticos a los de años pasados. Pero eso no me desalienta, porque muchos empecé a cumplirlos. Creo que vale la pena fijarlos y tener ganas de ir trabajando en ellos a lo largo del nuevo año.
Hace años me propuse aprender a disfrutar de cada momento. Y en este 2007 quiero seguir haciéndolo, tomando como guía el Decálogo de la serenidad (qué sí aprovecho para a poner) y recordando que: "Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías esperando la gran felicidad" (Pearl S. Buck). Intentaré que no sea mi caso.

Decálogo de la serenidad
1.-Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
2.-Sólo por hoy tendré el máximo de cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.
3.-Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.
4.-Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
5.-Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6.-Sólo por hoy haré una buena acción y no se lo diré a nadie.
7.-Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis
sentimientos, procuraré que nadie se entere.
8.-Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizás no lo cumpliré cabalmente, pero lo intentaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9.-Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
10.-Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.
Puedo hacer bien durante doce horas, lo que me descorazonaría si pensase tener que hacerlo durante toda mi vida.