viernes, 19 de noviembre de 2010

Extrañar (II)

Te extraño ahora.
Temo que te voy a extrañar más mañana.
Me da miedo saber lo que sentiré pasado.
Entonces, cuando crea que me acostumbré, volverás.

Y la historia se repetirá algunas otras veces.
Tendré tus palabras unos días.
Tendré tu silencio muchas noches.
Entonces, cuando creas que me acostumbré, no volverás.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Dilema

El amor es...

¿Entristecernos porque al ser amado lo dejó quien él amaba?

¿Alegrarnos porque al ser amado lo dejó quien él amaba?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Duelo

Parece que vuelvo a recorrer el mismo camino que ya transité. Sensación de pérdida de lo que nunca fue mío. Celos de aquel sobre el que no tengo el más mínimo derecho. Lágrimas por una fantasía, vaya una a saber si alguna vez compartida o no. 
Creo que a esta altura lo mejor es atreverme a cambiar los puntos suspensivos por un punto y aparte. Y estar dispuesta a empezar una nueva frase, aunque la primera palabra sea soledad.
Quiero volver a reconocerme en el nombre de este blog. Y para eso necesito un breve duelo por el amor que nunca nació, o que fue tan chiquito que nunca pudo ver la luz del sol.

martes, 9 de noviembre de 2010

Triste confusión

¿Algún día podre sentarme y decirle todo lo que me pasa y pasó con él? Tal vez. Por ahora sigo sin entender dónde estamos parados, si hay un nosotros. Me gustaría una señal pero... igual siempre estará la interpretación de esa señal.
Y tengo una excesiva necesidad de hablar. Y como no tengo a nadie cerca no dejo de escribir en Twitter, Facebook y hasta en este Blog. Me gustaría tener un boton que diga MUTE para desactivar mi locuacidad.
El peligro es que hoy, como aquellas vez, me iría con otro sólo para olvidarlo. Por suerte, ese otro no está cerca...

sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Y ahora?

La historia

1. Tal vez finalice abruptamente.
2. Quizás se mantenga igual.
3. Tal vez mute un poco.
4. Quizás cambie mucho.

1. No lo quiero. Miedo.
2. No lo quiero. Sin miedo.
3. Lo quiero. Sin miedo.
4. Lo quiero. Mucho miedo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Otra vez el final

El único aplauso provino de aquellos con quienes más pelié. Será que, aún en la pelea, hubo cierto grado de contacto, de relación, que con otros no logré.
Lo más recordable (y gratificante): un alumno que el último día me regaló su novela (que por supuesto leeré).
Pero no es que no supieron festejar conmigo. No supieron festejar entre ellos. No disfrutaron el último día de cursada. Nadie llevó torta. Nadie se sacó fotos. Nadie pidió unas palabras... Nadie. Nada.
Y la sensación de un ¿Para qué? quedó flotando.
Y además reprobar gente con la sensación  de que la Justicia a veces está lejos de la Bondad ( y que la gente siempre cree en mi Bondad)
Y el dolor de cabeza al llegar a mi casa.
Y dormir una hora para curarme.
Y ¿dónde quedó la adicta al optimismo?
Mañana, seguramente renacerá.