La semana pasada tuve más de un "problema" tecnológico, que hicieron que hoy este escribiendo este post en una máquina mucho más moderna, veloz y bonita. Y es que lograron rescatar toda la información de mi antiguo disco rígido. No me puedo quejar.
En medio de esa y otras dificultades tecnológicas (estuve seis días sin teléfono debido a vaya uno a saber qué inconveniente) y burocráticas (tuve que cerrar las cuentas en el banco porque insistían en cobrarme lo que no me correspondía), estuve más de una vez tentada de pensar: el mundo está contra mí.
Pero no. No pienso rendirme así que para mantener mi buen humor se me ocurrió ir identificando cada día las pequeñas cosas que me gusta disfrutar.
A partir de hoy inauguro: Delicias cotidianas.
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