Confío en la gente que escribe bien.
Estoy segura que quien escribe bien piensa bien (no en un sentido moral, sino lógico). Hasta ahora nunca me he encontrado con alguien que sea buen escritor y no sea inteligente. Los que se expresan, verbal y oralmente, de manera correcta tienen una capacidad intelectual razonable.
No digo que no puedan existir seres brillantes y a la vez incapaces de presentar un escrito inteligible. Pero como profesora universitaria no me he encontrado con muchos.
Suelo enojarme bastante cuando leo textos de futuros "comunicadores sociales" que ni veinte correctores ortográficos y de estilo convertirían en un escrito legible.
Enseñar a escribir es enseñar a ordenar los pensamientos, a organizar las ideas, en definitiva, es enseñar a pensar. Nada fácil por cierto.
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