La gente sabe naturalmente cosas que yo nunca sé (ni supe, ni sabré):
- Qué es cóncavo y qué es convexo.
- Qué años corresponden a cada siglo.
- Qué es centrípeto y qué es centrífugo.
- Qué número corresponde a cada mes.
- Qué meses tienen 30 días y cuáles 31.
- Cuál es la derecha y cuál es la izquierda.
- Cuál es la cara y cuál la ceca de una moneda.
- Qué signo del zodíaco corresponde a cada fecha.
Lo que sí aprendí son trucos para superar esta ignorancia mezclada con incapacidad intrínseca:
- Sumo uno a los dos primeros números de los años para sacar el siglo.
- Pienso que centrífugo habla de fugar y eso siempre es hacia fuera.
- Cuento con los dedos mientras enuncio rápido los meses para saber el número que le corresponde.
- Jamás me alejo de mi agenda que me informa si junio tiene 30 o 31.
- Hago el gesto de escribir para identificar la derecha.
- Nunca digo cara o ceca sino que juego a que salga número o dibujo.
- No me preocupo en lo más mínimo por saber si algo es cóncavo o por conocer si cuándo nació alguien de Escorpio.
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