miércoles, 28 de febrero de 2007

Distracciones de febrero

Hay ciertas lecturas que no son para vanagloriarse, sino más bien una especie de placer que uno trata de ocultar. Nadie reconocería, ante una audiencia con visos de cierta cultura, que lee obras intrascendentes y tontas.
Hipocresía pura de los ámbitos intelectuales. Como al menos en este medio no estoy dispuesta a mantener ese juego, aquí va la confesión de los últimos tres libros que leí de un tirón, con cierta adicción, aprovechando las vacaciones. No tiene sentido opinar sobre ellos. Son como las comedias románticas, que uno disfruta mientras las ve, pero cuando terminan no se pone a analizarlas.

  • “Confessions of a shopaholic” de Sophie Kinsella.
  • “Shopaholic ties the knot” de Sophie Kinsella.
  • “Shopaholic and sister” de Sophie Kinsella.

jueves, 15 de febrero de 2007

La magia de los trenes

Amo los trenes. No es por nostalgia de un pasado en el que eran el único medio que llegaba a territorios inhóspitos y significaban el milagroso contacto de las zonas alejadas con la civilización. No soy de los que añoran románticamente tiempos que no conoció. Me fascina el hecho de hacer hoy largos viajes en tren. En ellos uno respira el alma del lugar que atraviesa. Siente el auténtico placer del viaje. Anduve en trenes por montañas, por estepas y por llanuras, y mirando por las ventanillas siempre sentí que me fundía con el territorio, que lo entendía, que lo conocía.
Mientras estoy en un tren, creo que nada extraño puede pasar. Hay un punto de llegada claro y el destino parece inexorable. Pero a la vez, todo puede ocurrir afuera, por donde pasa el tren, y uno tiene el lugar de testigo privilegiado.
Envidio a Paul Theroux que en 1979 se subió a un tren local en Boston y terminó en Esquel. Viajé en tren por Estados Unidos y también viajé en La trochita. Pero es el enlace de ambos, que relata en su libro “El Viejo Expreso Patagónico”, lo que me parece fascinante, dejando de lado que encara los inconvenientes de su larga travesía por América con indisimulable mal humor y cierto desdén. Me gustaría alguna vez hacer un viaje similar y narrarlo después. Mi prosa podría estar lejos de la lograda por Theroux, pero sin duda le pondría mucha mejor predisposición a la aventura.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Historia del rey transparente – Rosa Montero

Me gustó mucho este libro de Rosa Montero. Ya conocía su prosa ágil por haber leído “Historia de mujeres”, “Temblor”y “La loca de la casa”.
La historia de Leola, una campesina que se transforma en caballero, resulta atractiva y permite ir descubriendo la vida cotidiana de la Edad Media. Los pobrísimos campesinos, los nobles alejados de la realidad que los rodea, los caballeros que luchan por causas ajenas, los alquimistas enceguecidos por sus metas, los burgueses que intentan imitar a la nobleza, todos tienen su lugar en el texto. Uno siente que el viaje de la protagonista le permite vivir realmente en el medioevo. Y la voz de Nyneve –una bruja del conocimiento, como se autodenomina-, ayuda al lector a entender cómo funcionan las cosas allí. Interesante y, tal vez sin buscarlo, también instructivo.

“Esperanza: pequeña luz que se enciende en la oscuridad del miedo y la derrota, haciéndonos creer que hay una salida. Semilla que lanza al aire la sedienta planta en su último estertor, antes de sucumbir a la sequía. Resplandor azulado que anuncia el nuevo día en la interminable noche de tormenta. Deseo de vivir aunque la muerte exista”.

“Pero la verdadera nobleza, ahora lo sé, es esto. Es caminar toda tu vida con pasos atinados, con pasos que te salen del corazón; es que tus actos estén de acuerdo con tus ideas, aunque el precio sea alto. Y no imponer estas ideas a nadie, y ser modesto y compasivo en tu grandeza”.

Montero, Rosa. “Historia del rey transparente”

jueves, 8 de febrero de 2007

Prohibido suicidarse en primavera - Alejandro Casona

Hace más de veinte años, cuando estaba en el colegio, tuve que leer “Los arboles mueren de pie” y me gustó.
Nunca más me cruce con un texto de Casona. En parte, porque no me atraen las obras teatrales y, en parte, por la "idea" que uno le suele tomar a los textos que resultaron obligatorios en el secundario. Queda esa sensación de que uno nunca elegiría autores que una vez fueron impuestos.
Pero en Internet encontré “Prohibido suicidarse en primavera” y nuevamente comprendí que la simpleza y la alegre serenidad de Casona me siguen gustando. Nada rebuscado. Es cierto que a veces resulta obvio, que las acciones de la trama son poco realistas y que hasta se vislumbra un intento pedagógico. Pero la falta de pretensiones y la sencillez me siguen agradando
"Como todos los seres felices ... y como todos los periodistas, son ustedes un poco impertinentes".

"No pidas nunca nada a la vida. Y algún día la vida te dará una sorpresa maravillosa".
Casona, Alejandro. “Prohibido suicidarse en primavera”