Estoy tan cansada que me adormezco en cualquier sitio y empiezo a soñar con una rapidez asombrosa.
En el colectivo se me cierran los ojos y las voces y los ruidos de la calle se mezclan velozmente con mis ensueños.
En el colectivo se me cierran los ojos y las voces y los ruidos de la calle se mezclan velozmente con mis ensueños.
Prendo la tele para mirar una de mis series preferidas y al segundo el inglés que a medias entiendo se funde con mi propia fantasía.
Tomo sol y las voces familiares se alejan cada vez más.
Corrijo escritos y otra vez entro a mundos ficticios.
Mientras el exceso de trabajo no me permita dormir de verdad, mejor que empiece a disfrutar de estas evasiones instantáneas.
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