Soy "multitask". Hablo por teléfono mientras contesto mails. Corrijo mientras miro televisión y también almuerzo. Leo mientras tomo un baño de inmersión. Y la lista sigue. Las veces que mi teléfono inalámbrico dejó de funcionar entré en pánico. No es para mí eso de sentarse a charlar. Yo hablo (y bastante). Pero mientras, hago de todo. Cocino, cambio el "cuerito" de la canilla, hago la cama, me visto. . .
Y ahora vienen a decirme que:
Diferentes trabajos científicos, publicados y por publicar, ofrecen evidencias de los límites del multitasking ; es decir, la eficiencia que se pierde cuando se realizan varias tareas al mismo tiempo. Los hallazgos, de acuerdo con los neurocientíficos y psicólogos, sugieren que muchas personas harían bien en dejar de lado su comportamiento "multitarea" cuando trabajan, estudian o manejan.
La Nación, 26 de marzo de 2007
Puedo aceptar que la multitarea no resulta a veces la mejor opción. Convengamos que más de una vez, por no perder tiempo, hago tantas cosas juntas que al final entro en una especie de vorágine con resultados no del todo positivos (confundir birome con termómetro, amagar a ponerme desodorante en vez de brillo en el pelo, guardar la yerba en la heladera, etc.).
Las veces que me propuse hacer una sola cosa por vez fracasé estrepitosamente. Me aburro. Así que más allá de lo que digan voy a seguir como hasta ahora porque tan mal no me va.