martes, 31 de octubre de 2006
Inteligencia y simpatía
Nada de intelectuales apocalípticos y conflictuados. Los integrados siempre estarán más cerca de mi corazón, y de mi cabeza.
domingo, 29 de octubre de 2006
Soy adicta:
- Al café
- Al trabajo
- Al chocolate
- A leer libros
- A comprar libros
- A visitar Amazon
- A sonreir siempre
- A cualquier cosa que me gusta.
viernes, 27 de octubre de 2006
Mi ángel existe
- Encuentro mi lente de contacto, que suele saltar de mi mano hacia lugares insólitos.
- El único ascensor de mi edificio se encuentra en planta baja, esos días en que esperarlo equivaldría a suplicio.
- El colectivo que debo tomar aparece justo en el momento en que llego a la parada.
- Un libro agotado aparece frente a mí en la estantería de una ignota librería.
- Recuerdo, justito antes de cerrar la puerta, de que me olvidaba algún elemento imprescindible para el buen desarrollo de mi día.
- Un botón de mi blazer exige ser cosido, por lo cual retraso mi salida y evito ser víctima de un asalto.
Algunos dirán casualidades. ¿No es más bello pensar en mi ángel?
jueves, 26 de octubre de 2006
Ellos
Lo que se siente no tiene nada que ver con amor, (y saberlo tranquiliza). Sólo es una atracción intelectual y muda que hasta teme convertirse en seducción. Uno no quiere que “ellos” sepan, y mucho menos desea que “los otros” se den cuenta de la predilección. Sólo pretende que estén. Se disfruta y anhela la presencia.
Situaciones de las que no se espera nada, pero en la que todos ganan. Uno, porque se inventó una razón para intentar brillar. “Ellos”, porque reciben lo mejor. Y “los otros”, porque gracias a su presencia también obtienen lo mejor. No es complejo si uno entiende cómo funcionan los “ellos”, acepta el juego que proponen y no pretende absolutamente nada más.
martes, 24 de octubre de 2006
Adivinen en qué bando estoy
"En medio de continuos relámpagos comenzaron a caer algunas gotas, vacilantemente, tanto como para dividir a los porteños —sostenía Bruno— en esos dos bandos que siempre se forman en los días bochornosos de verano: los que, con la expresión escéptica y amarga que ya tienen medio estereotipada por la historia de cincuenta años, afirman que nada pasará, que las imponentes nubes terminarán por disolverse y que el calor del día siguiente será aún peor y mucho más húmedo; y los que, esperanzados y candorosos, aquellos a quienes les basta un invierno para olvidar el agobio de esos días atroces, sostienen que "esas nubes darán agua esta misma noche" o, en el peor de los casos, "no pasará de mañana". Bandos tan irreductibles y tan apriorísticos como los que sostienen que "este país está liquidado" y los que dicen que "saldremos adelante porque siempre aquí hay grandes reservas". En resumen: las tormentas de Buenos Aires dividen a sus habitantes como las tormentas de verano en cualquier otra ciudad actual del mundo: en pesimistas y optimistas. División que (como le explicaba Bruno a Martín) existe a priori, haya o no tormentas de verano, haya o no calamidades telúricas o políticas; pero que se hace manifiesta en esas condiciones como la imagen latente en una placa con el revelado. Y (también le decía), aunque eso es válido para cualquier región del mundo donde haya seres humanos, es indudable que en la Argentina, y sobre todo en Buenos Aires, la proporción de pesimistas es mucho mayor, por la misma razón que el tango es más triste que la tarantela o la polca o cualquier otro baile de no importa qué parte del mundo. La verdad es que esa noche llovió intensa y furiosamente, batiendo en retirada al bando de los pesimistas; en retirada momentánea, claro, porque nunca este bando se retira del todo y jamás admite una derrota definitiva, pues siempre puede decir (y dice) "veremos si de verdad refresca". Pero el viento del sur fue aumentando su intensidad a medida que llovía, trayendo ese frío cortante y seco que viene desde la Patagonia, y ante el cual los pesimistas, siempre invencibles, por la naturaleza misma del pesimismo, pronuncian fúnebres presagios de gripes y resfríos, cuando no de pulmonías (...)"
Ernesto Sábato, "Sobre Héroes y Tumbas".
sábado, 21 de octubre de 2006
Los 1001 libros...
Me gustan las listas. Me encantan los libros. Tentador pasar por Listology, echarle una ojeada a los 1001 libros que uno debe leer antes de morir y determinar cuántos de esos ya leí.
El origen del listado es “1001 Books You Must Read Before You Die: A Comprehensive Reference Source, Chronicling the History of the Novel” Preface by Peter Ackroyd, General Editor Peter Boxall
La elección de los textos es discutible, pero igual jugué a ver cuantos leí. Soy una lectora compulsiva (Seguro que en mi vida leí más de mil textos) así que supuse que unos cien, al menos, debería tener en mi haber. Tras recorrer dos veces la lista para no olvidar nada, el resultado fueron 66 obras. No está del todo mal.
2000s
Ignorance – Milan Kundera
The Blind Assassin – Margaret Atwood
1900s
Foucault’s Pendulum – Umberto Eco
The Bonfire of the Vanities – Tom Wolfe
Love in the Time of Cholera – Gabriel García Márquez
The Unbearable Lightness of Being – Milan Kundera
The House of the Spirits – Isabel Allende
The Name of the Rose – Umberto Eco
The Book of Laughter and Forgetting – Milan Kundera
Autumn of the Patriarch – Gabriel García Márquez
One Hundred Years of Solitude - Gabriel García Márquez
In Cold Blood – Truman Capote
A Clockwork Orange – Anthony Burgess
Breakfast at Tiffany’s – Truman Capote
The Lord of the Rings – J.R.R. Tolkien
Lord of the Flies – William Golding
Memoirs of Hadrian – Marguerite Yourcenar
Nineteen Eighty-Four – George Orwell
The Plague – Albert Camus
Animal Farm – George Orwell
The Little Prince – Antoine de Saint-Exupéry
The Outsider – Albert Camus
For Whom the Bell Tolls – Ernest Hemingway
The Hobbit – J.R.R. Tolkien
Brave New World – Aldous Huxley
A Farewell to Arms – Ernest Hemingway
Steppenwolf – Herman Hesse
The Sun Also Rises – Ernest Hemingway
The Castle – Franz Kafka
Manhattan Transfer – John Dos Passos
Mrs. Dalloway – Virginia Woolf
The Great Gatsby – F. Scott Fitzgerald
We – Yevgeny Zamyatin
Jacob’s Room – Virginia Woolf
Siddhartha – Herman Hesse
Ulysses – James Joyce
The Hound of the Baskervilles – Sir Arthur Conan Doyle
1800s
The War of the Worlds – H.G. Wells
The Adventures of Sherlock Holmes – Sir Arthur Conan Doyle
News from Nowhere – William Morris
The Picture of Dorian Gray – Oscar Wilde
The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde – Robert Louis Stevenson
Bel-Ami – Guy de Maupassant
The Death of Ivan Ilyich – Leo Tolstoy
Treasure Island – Robert Louis Stevenson
The Brothers Karamazov – Fyodor Dostoevsky
Around the World in Eighty Days – Jules Verne
Through the Looking Glass, and What Alice Found There – Lewis Carroll
Little Women – Louisa May Alcott
Crime and Punishment – Fyodor Dostoevsky
Alice’s Adventures in Wonderland – Lewis Carroll
Walden – Henry David Thoreau
Uncle Tom’s Cabin; or, Life Among the Lonely – Harriet Beecher Stowe
The House of the Seven Gables – Nathaniel Hawthorne
The Scarlet Letter – Nathaniel Hawthorne
David Copperfield – Charles Dickens
Wuthering Heights – Emily Brontë
Oliver Twist – Charles Dickens
Le Père Goriot – Honoré de Balzac
Eugénie Grandet – Honoré de Balzac
The Red and the Black – Stendhal
Pride and Prejudice – Jane Austen
Sense and Sensibility – Jane Austen
Gulliver’s Travels – Jonathan Swift
Robinson Crusoe – Daniel Defoe
Pre-1700
The Thousand and One Nights – Anonymous
viernes, 20 de octubre de 2006
Simple diversión
You Have a Type A Personality
You are hyper, energetic, and always on the mood. You tend to succeed at everything you attempt. And if you don't succeed at first, you quickly climb your way to the top!
You could be called a workaholic, but you also make time for fun. As long as it's high energy and competitive, you're interested.You have the perfect personality for business and atheltic success.
miércoles, 18 de octubre de 2006
Sencillito
Receta infalible
martes, 17 de octubre de 2006
A las siete de la mañana, me alcanza para ser feliz:
- Cinco minutos de remoloneo adicional.
- Una enorme taza de café.
- Cuatro galletitas con mermelada.
- Buenas noticias de la balanza.
lunes, 16 de octubre de 2006
Vale la pena enseñar...
- Cuando uno se enriquece con el pensamiento crítico de aquellos a quienes cree educar.
- Cuando uno encuentra, en el fárrago de decenas de trabajos repetitivos, el pensamiento propio y el enfoque original de ciertas personas.
- Cuando se tiene la sospecha de que algunos, aunque sea unos pocos, mejoraron y crecieron a partir de lo que uno intentó transmitir.
No son posiblemente grandes gratificaciones, pero recordarlas ayuda a que el cansancio no se convierta en hartazgo, y a que el entusiasmo siga en pie.
domingo, 15 de octubre de 2006
Soy optimista porque...
jueves, 5 de octubre de 2006
Ex esperanzados
"(...) los pesimistas se reclutan entre los ex esperanzados, puesto que para tener una visión negra del mundo hay que haber creído antes en él y en sus posibilidades".