El humor siempre nos salva de las situaciones difíciles, duras, insoportables. Pero hay otra forma de salvación de las miserias cotidianas que a veces aparecen: escribir.
Al escribir hacemos catarsis. Al escribir ordenamos las ideas. Al escribir tomamos distancia de los hechos y nos convertimos en cuasi observadores. Al escribir nada es tan terrible.
Hoy necesito hacer catarsis. No me importa el estilo ni parecer creativa.
Problema: Extraño la relación que habíamos construido, que era sencilla y simplemente una amistad virtual. Extraño ese contacto diario que me resultaba tan grato. Y me enoja extrañar(lo) porque siempre rechacé ese sentimiento y me enoja más porque creo que no tengo derecho a sentir eso.
Pero tal vez lo que más me perturba no sea extrañar sino saber que esa historia no volverá. Y allí me invade la tristeza, otro sentimiento al que no suelo darle cabida.
Entonces, con un mezcla de extrañamiento, tristeza y enojo trato de seguir adelante sin perder el humor y el optimismo aunque me siento dando vueltas en una pista en la que no encuentro la salida.
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