Hace años que no leía tan poco. No sé si viví más, pero creo que usé el tiempo de lectura para soñar más con lo que acontecía en mi propia vida. No estuvo mal. Y hasta me gustó. Pero ahora, con las cosas otra vez más calmas (o más aburridas) vuelvo a comprar los sueños que me venden los libros.
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