¿Algún día podre sentarme y decirle todo lo que me pasa y pasó con él? Tal vez. Por ahora sigo sin entender dónde estamos parados, si hay un nosotros. Me gustaría una señal pero... igual siempre estará la interpretación de esa señal.
Y tengo una excesiva necesidad de hablar. Y como no tengo a nadie cerca no dejo de escribir en Twitter, Facebook y hasta en este Blog. Me gustaría tener un boton que diga MUTE para desactivar mi locuacidad.
El peligro es que hoy, como aquellas vez, me iría con otro sólo para olvidarlo. Por suerte, ese otro no está cerca...
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