Hay ciertas lecturas que no son para vanagloriarse, sino más bien una especie de placer que uno trata de ocultar. Nadie reconocería, ante una audiencia con visos de cierta cultura, que lee obras intrascendentes y tontas.
Hipocresía pura de los ámbitos intelectuales. Como al menos en este medio no estoy dispuesta a mantener ese juego, aquí va la confesión de los últimos tres libros que leí de un tirón, con cierta adicción, aprovechando las vacaciones. No tiene sentido opinar sobre ellos. Son como las comedias románticas, que uno disfruta mientras las ve, pero cuando terminan no se pone a analizarlas.
- “Confessions of a shopaholic” de Sophie Kinsella.
- “Shopaholic ties the knot” de Sophie Kinsella.
- “Shopaholic and sister” de Sophie Kinsella.