Yo alguna vez escribí. Claro, sigo escribiendo, pero los escritos actuales no cuentan. Son profesionales. No están hechos desde el corazón sino desde la razón. Puedo todavía jugar un poco con la imaginación para lograr una buena entrada que atraiga al lector o para encontrar un cierre adecuado. Pero no hago mucho más. Ya no juego con las palabras. Y creo que sé la razón: escribir es develar el alma y, al hacerlo, uno se vuelve vulnerable. No cualquiera está preparado para ello. Si yo lo estuve alguna vez, hoy no me animo.
jueves, 29 de abril de 2010
viernes, 23 de abril de 2010
El día que Nietzche lloró - Irvin D. Yalom
Un libro que se lee con facilidad y hasta despierta ganas de leer al verdadero Nietzche. No he accedió directamente a obras de este filósofo, más allá de haber conocido algo de su pensamiento. Pero, de todos modos, me parece que el personaje que dibuja Yalom tiene demasiados rasgos de psicólogo. Mi desafío es animarme a leer algunos de las obras más significativas de Nietzche.
Dos frases que me encantaron:
Dos frases que me encantaron:
¡Qué interminable es la labor del intelectual, introducir todos estos conocimientos en el cerebro por los tres milímetros de diámetro del iris!
¿Por qué no trata de aprender lo que puedo enseñarle, en lugar de demostrar lo mucho que no sé?
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