A pie

Ciudad o pueblo es lo mismo. Sólo se los conoce cuando se los camina. No valen autos, ni micros, ni ... Sólo el recorrido a pie por sus calles permite entrar en contacto con sus habitantes, ver sus costumbres, sentir el ambiente, impregnarse de sus olores. Creo que he caminado todas las ciudades a las que he llegado. (No califican aquella en la que solo estuve en los aeropuertos).

Medida de mi impaciencia

- El esmalte de uñas siempre corrido por no poder esperar a que se seque.

Fin de curso

Terminó. Y no hubo aplausos. O sí, los hubo. Pero esta vez no alcanzaron para calmar un sentimiento de descontento mezclado con insatisfacción.
Siento que, sin querer, a algunos les di oportunidades de más, mientras que a otros les di de menos (en realidad, lo justo). Lo grave es que ni los unos agradecieron, ni los otros se quejaron.
Poca pasión, ganas, empuje y entusiasmo. Mucha abulia, apatía, resignación, displicencia.

No quiero contagiarme, pero siento que a las 1 de la tarde pasé la puerta de salida y me abandonaron las fuerzas. No es el cansancio reconfortante del trabajo bien logrado, sino la fatiga que se une al desaliento. Es cierto que uno siembra y que hay que esperar para la cosecha. Tal vez solo sea eso: aprender a esperar.

Lo que dice mi placard

Puede parecer muy estúpido, pero si alguien quiere saber cómo me siento frente a la vida basta con mirar mi placard.

• Si está desordenado: Perdí el control de lo que me rodea y estoy sobreviviendo como puedo. No me gusta para nada como están las cosas y necesito encontrar un poco de serenidad.
• Si tira a ordenado, pero con algo fuera de lugar: Estado habitual de manejo del caos diaro, con optimismo.
• Si está prolijito, prolijito: Seguro que es principio de año e hice una lista de propósitos de llevar una vida mucho mejor.